De las oportunidades perdidas

Cuando era un adolescento mi abuela solo me dejaba salir a la calle acompañado de mi amigo Victor, incluso el debía pasar por mi, como si fuera señorita.

Pero que importaba si podía ir a varios eventos y lugares.

Y así fue como pude ir a varios conciertos (gratuitos), entre los que recuerdo a Café Tacvba en la explanada de la delegación Iztacalco, Maldita Vecindad en la plaza de Santo Domingo y Caifanes en la explanada de la delegación Venustiano Carranza. Aunque este ultimo empezó con un gran retraso, duro repoquito y acabo en una corretiza, recuerdo que dejamos de correr hasta que llegamos al Issste de Avenida del Taller (las ventajas de estar chavo).

Pero el Victor pus estaba más vivido (gracias a sus hermanos mayores) y le fue a pedir permiso a mi abuela para ir a dejarme a ver a los Ramones y mi abuela dio su venia pero.... Victor no le había mencionado que cobraban y ahí fue cuando se torció todo.

De niño y adolescento no me daban dinero a menos que fuera necesario y la razón para no darme dinero era que en la casa había comida, por lo tanto no tenia justificación para utilizarlo. Lo que llegaba a necesitar siempre debía pedirlo y después esperar una de las 2 respuestas: si o no.

Sin importar cual fuera la respuesta nunca me daba explicación de la misma, así que esta vez al pedir dinero, se me negó y nunca sabré cual fue la razón.

La verdad no me fruste por no poder ir, no tenia ni discos ni cassettes de los Ramones ni de ningún otro grupo. Solo iba digamos que por forjar identidad jijiji.

Hasta que hoy encontré en yutubs esta joyita:



¡¡¡Chinga!!! ¿Por qué carajos no fui?

Dato para la trivia: los mamones de Mago de Oz se negaron a tocar en ese mismo lugar la primera vez que los trajeron a México

Lo que me preocupa

No creo tener la capacidad suficiente para saber si la guerra contra el narco en México es la manera efectiva de detener y acabar con el problema de las drogas, es más, no entiendo cuales son los propositos, es decir si la guerra es contra el consumo, el trafico, la producción o los tres al mismo tiempo.

Lo que si me preocupa es la percepción de impunidad que emanan los actos más violentos relacionados con este conflicto.

Y que esta perepción de impunidad sea una enseñanza indirecta de que cualquiera puede ser beneficiario de esta.

Entiendo por impunidad  aquellas faltas que están sancionadas por la ley y que no se castigan a pesar de estar demostradas y comprobadas. O peor aun, se desvirtúan para dar la apariencia de que se castigaran.

La semana pasada mataron al hijo del escritor Javier Sicilia junto a otras personas y enseguida se quiso relacionar el hecho como un acto relacionado con la guerra contra el narco, con una practica que se ha vuelto común, decir que los muertos tenian alguna relación con criminales y asumir que el crimen era una consecuencia de su comportamiento y por lo tanto no exigir justicia sino mostrarlo como una suerte de “lección moral”.

Pero resulto que los muertos tenían sino un comportamiento ejemplar, si normal y que uno de ellos era hijo de un escritor sino destacado si conocido por su congruencia y sistema de valores.

Como mencione no creo tener los conocimientos suficientes para saber cuales deberían ser las estrategias a seguir pero de verdad me preocupa que esta impunidad se desborde y no exista la forma de eliminarla, que el siguiente escenario sea uno en donde todos tengamos la misma posibilidad de acabar muertos.

Y no percibiendo posibles soluciones me uniré a las que están por comenzar, tal vez no sean las más adecuadas pero opino que este no es momento para criticar sino para actuar y hay que asumir el riesgo y en la medida de lo posible mejorarlas en el camino.

Tal vez no puedan acudir a alguna de las marchas que se han programado para el próximo 6 de abril pero no desvirtúen el propósito de este señor, es más, documentense y sabrán que no es un oportunista o que solo actúa por el dolor de un hijo muerto, si bien no había actuado a fondo, si participaba de una u otra manera en este y otros temas de relevancia nacional.

Ojala y no sea demasiado tarde para actuar.