Cuando Javier llego a la oficina todos comenzaron a darle una condolencia, Harrison era uno de los Beatles y el era fan de ellos.
Había una sensación colectiva de animar a Javier, el sentir era el mismo: un familiar de el había muerto.
Cuando llego a sentarse a su escritorio dentro del cubículo que compartíamos, comencé a burlarme de el, recordando la anécdota de una vieja clienta.
¿Recuerdas aquella señora de Polanco que tenia en su oficina fotos de Los Beatles y no de sus hijos?
Recuerdo tu cara después de la respuesta que te dio sobre si era fan, ENVIDIA, si era envidia.
Ella dijo que eran sus amores y que si hubieran querido cogérsela colectivamente con gusto lo hubiera permitido.
Javier comenzó a llorar.
Oye, disculpa, no pensé que fuera tan importante para ti.
Javier me acerco una fotografía.
Tome la foto y comencé a examinarla, en la foto aparecían un niño y un señor sentados en el cofre de un viejo Ford.
Javier hablo y dijo lo siguiente: es mi padre y ayer murió.
Lo siento, apenas alcance a contestar.
Javier continuo: No recuerdo donde nos tomaron esa fotografía pero si recuerdo a la señora.. y si, tenia envidia.